Sigo perro

 Hace casi un año que no escribo. Este maldito bicho ha cambiado costumbres, manías e incluso a matado la creatividad. En todo este tiempo engordé, mejoré y deseché algunas cosas que ahora me vienen muy requetebién. 

Los treinta años venían con sorpresa. Una especie de regalo que no tenía prácticamente instrucciones, al menos eso decían los políticos y algún que otro experto en ciencia. 

El mundo está loco. Hijos criticando a madres. Madres criticando a hijos. Reyes robando al pueblo. Porteros parando tiros de la prensa. Carbonero hablando de Súper Ligas. Carteros entregando balas. Y, lo más fuerte... Disneyland París convertida en un hospital en donde los enfermeros gritan en cada inyección ¡Vacuna Matata!




Últimamente mi autoestima se refleja en esta imagen. 

Y como estoy perro y feliz... 

os dejo que sigáis escribiendo por mí. 












Comentarios